El hombre de gris, de Juan Carlos Mestre

Trío (El hombre de gris)

Este es el poema en el que existe un hombre sentado, un hombre que está vestido de gris, que viaja a visitar a otro hombre que ni siquiera conoce, a un hombre que también ha tomado el tranvía y viaja a su encuentro y que va pensando lo mismo que el otro hombre de gris.

Este es el poema donde existen dos hombres sentados, los dos han amado, los dos han sufrido, los dos han tomado el tranvía, se ignoran, no saben que ambos viajan al encuentro de un hombre vestido de gris.

Este es el poema donde existen tres hombres sentados, tres hombres que hablan de un hombre que habrá de venir, un hombre que vestido de gris estará esperando el tranvía sentado en un banco no muy lejos de aquí.

Este es el poema en que cuatro hombres sentados se miran, pero ninguno se atreve a pronunciar la palabra, la misma palabra que está ardiendo en sus labios desde el instante preciso en que cada uno de ellos se decidiera a venir.

Esperan, aguardan a un hombre que aún no ha tomado el tranvía, un hombre que está abriendo el armario y saca su traje y se ve en el espejo vestido de gris.

 

(La poesía ha caído en desgracia, 1992)

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9 respuestas a El hombre de gris, de Juan Carlos Mestre

  1. Pingback: Pan Duro, la poesía urbana llega al mundo rural > Poemas del Alma

  2. Gracias, marga. Todos deberíamos tener una amiga que nos aclare lo importante :)

    Saludos,

  3. marga dijo:

    magnifico poema del poeta Mestre, un master Juan carlos Mestre como dice mi amiga Cecilia, un beso, saludos no grises, sino arcoiris para todos los días. marga

  4. Vestidos, desvestidos, de gris, de colores… Lo importante es que estamos, así es.

    Gracias por asomarte por mi ventana, tajalapiz.

  5. tajalapiz dijo:

    No sé qué tan de gris estaremos vestidos pero aquí estamos. Y si la poesía ha caído en desgracia lo importante es que no desaparezca en cada uno la necesidad o las ganas de buscarla.
    Un saludo a todos.

  6. No hay nada que deberías o no decir o hacer, mi queridísimo ordennegro, perdóname lo regalona…

    Entiendo lo que dices, pues yo misma he sentido la necesidad de tomar vacaciones en algún momento. Y aún ahora no sé si realmente estoy de vuelta; de hecho, de muchas maneras, no lo estoy.

    Los cambios que observas en mi bitácora no son más que mi ensayo de respuesta a un antiguo -odioso- dilema: Renovarse o morir.

    Será revitalizante tenerte de vuelta en el barrio alborotando a las poetas.

    Besos,

  7. ordennegro dijo:

    Debería decir hola.
    Debería decir, incluso, perdón por no haber dado respuesta a aquellas pequeñas señales de humo que, tiempo atras, asomaran por entre los silencios de mi casa.
    Debería decir que el brocoli es hermosamente bello cuando esta apenas pasado por agua.
    Debería decir que, con dificultad, daría mi voto a Marco en las próximas elecciones.
    Debería callarme, pero prefiero colgarme de esta ilusa agonía radiante de niñerias, alejada del buen verso, que nunca se dio muy bien ni en mis manos ni en mis sueños de joven, y continuar respirando dentro de este mundillo a la espera de nuevas curiosidades por aprender.
    Debería decir que he vuelto, pero nunca me ha gustado llamar la atención, mucho menos cuando siquiera sé si realmente estoy o no de regreso.

    Un beso.
    Por cierto, me gusta el toque culinario que tiene este lugar, me abre el apetito.

  8. Es necesaria, o más incluso. Por eso se está tan solo cuando se la busca y no se la encuentra más que en la mano de otros…

    Gracias por tu visita, Ernesto.

  9. Ernesto dijo:

    Es fundamental hablar, relacionarse y comunicarse unos con otros. Y, por supuesto, es necesaria la poesía para la vida.

    Saludos

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