Aquí estoy, planchando, de Tillie Olsen (fragmento)

«Nunca llegaré a una conclusión. Nunca llegaré a decir: «Era una niña que apenas
sonreía. Su padre me abandonó antes de que cumpliera un año. Tuve que
trabajar durante sus primeros seis años, cuando había trabajo, o llevarla a casa
de la familia de su padre. Odiaba ir a la guardería. Era morena y flaca y con pinta
de extranjera en un mundo en que toda la admiración era para las niñas rubias
con rizos y hoyuelos; era lenta cuando se premiaba la rapidez. Era hija de un
amor ansioso, no orgulloso. Éramos pobres y no podíamos ofrecerle una tierra
fértil donde crecer tranquila. Yo era una madre joven, una madre descentrada.
Había otros hijos creciendo, con sus demandas. Su hermana pequeña parecía
todo lo que ella no era. Hubo un tiempo en que no me dejó tocarla. Se guardaba
demasiadas cosas, la vida que llevaba la hacía guardarse demasiadas cosas. La
sabiduría me llegó demasiado tarde. Pese a lo mucho que tiene dentro, no
conseguirá sacar más que una pequeña parte. Es hija de su época, de la
depresión, la guerra y el miedo.»

Déjela. Aunque todo lo que hay en ella no vaya a florecer, ¿en cuantos llego a
hacerlo? Ya le da para vivir. Sólo queda ayudarla comprender, darle una razón
por la que entienda que es algo más que un vestido sobre una tabla,
desamparado, antes de qué lo planchen…»

(1961 – Dime una adivinanza)

Anuncio publicitario

Acerca de primeralluvia

En Patagonia
Esta entrada fue publicada en Debilidades y etiquetada , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s