En Brasil, los campesinos preguntaron: ¿Por qué hay tanta gente sin tierra habiendo tanta tierra sin gente? Les respondieron a balazos.
Pero el miedo era su única herencia y lo habían perdido. Siguieron preguntando y conquistando tierras, y cometiendo el delito de querer trabajar.
Fueron millones y siguieron preguntando. Preguntaron: ¿Por qué se permite que las torturas químicas atormenten a la tierra? Y también: ¿Qué será de nosotros si las semillas dejan de ser semillas?
A principios del año 2001 los campesinos sin tierra invadieron una plantación experimental de semillas genéticamente modificadas, de la empresa Monsanto, en Río Grande do Sul. No dejaron en pie ni una sola planta de soja artificial.
La plantación se llamaba Não-Me-Toque.
(2004 – Bocas del tiempo)